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Qué mal se están poniendo las cosas. Con la que nos está cayendo con esto de la crisis, el desempleo, la gran cantidad de series españolas en televisión y el cambio climático, ahora se nos presenta una nueva inquietud y esta no es otra que el pago de un nuevo impuesto, aún por determinar. Les hablo del canon que tendremos que abonar por utilizar la energía solar.

Y es que en estos días, una mujer de Vigo, se ha declarado dueña del sol. No es una broma, aunque sí lo pensara el notario que tuvo que levantar acta de propiedad de esta mujer sobre el astro rey. Al parecer, la señora, que aunque no lo parezca ha sido lista, se ha declarado propietaria del Sol puesto que tras 5 mil millones de años, nadie lo había reclamado y ahora tras este acta, se perfila como propietaria del mismo.

Ustedes se estarán preguntando si esto que ha hecho es legal o no, pues la verdad es que no tengo ni idea pero todo apunta a que su maniobra ha sido estudiada con detenimiento porque existe un Convenio Internacional en el que se recoge que ningún país puede hacerse dueño de los planetas pero este acuerdo no menciona a las personas. Y además existen un precedente y es aquel de un ciudadano americano que escrituró casi todos los planetas y la luna. Así que esta inteligente mujer, de la que no sabemos si se llama Sol...edad y es Sol...tera, viendo que el sol quedaba libre, se lo ha apropiado.

Su intención es la cobrar un canon a aquellos que utilicen la energía solar. ¿Se imaginan tener que pagar a la entrada de una playa para poder tomar el sol? ¿O tener que abonar un impuesto para que nuestra cosecha pueda germinar gracias a los rayos del gran astro? No obstante creo que no deberíamos criticar a la nueva dueña ya que, de lo recaudado dará la mitad para los Presupuestos Generales del Estado y el resto será para sanidad, pensiones, erradicar el hambre y poco más. Ah, ella sólo se quedará con el 10%, pero imagínense si los contribuyentes somos los habitantes del planeta, en cuanto podría quedar la cosa.

Sea como fuere, me da en la nariz que lo único que conseguirá esta mujer con todo esto será una bonita habitación acolchada, con una pequeña ventana enrejada, desde la cual no se pueda ver esa 'propiedad' y una sustanciosa medicación diaria que la haga olvidar que por una vez, el Sol fue suyo. Yo por si acaso le funciona, ya he ido al registro de la propiedad y me he apropiado de la Vía Láctea. Así que como a alguien se le ocurra pasar por ella, lo que le voy a cobrar por peaje...

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera.